Empezar el día desayunando diferente a lo que nos han enseñado, o lo que tenemos por costumbre nos va a cambiar la vida. Sustituir la leche de vaca por una bebida vegetal o «leche» de arroz , leche de avena o de cualquier otro cereal o futos secos, para algunas personas puede ser de un elevado coste emocional si es que la enfermedad no obliga a hacer el cambio.
Nos levantamos de la cama y nos cuesta pensar lo que vamos a desayunar, la tendencia es que el desayuno sea frugal y rápido, también se tiende a no desayunar, o tomar una fruta a todo correr e irse a la calle. Este último hábito en casos puntuales (que no sea a todo correr por favor) y por horarios de trabajo es aceptable siempre y cuando se realice una ingesta adecuada en un tiempo prudencial.
Así que tendremos en cuenta que:
- El desayuno nos va a cambiar la vida de forma amigable siempre y cuando no busquemos el mismo sabor o parecido, cuando queramos sustituir la leche de vaca por la bebida vegetal. No, no hay parecidos, el mercado alimentario nos ha proporcionado la opción de la bebida vegetal en el desayuno, porque tenemos idolatrado desayunar un líquido y si es blanco con una textura densa mucho mejor. Este ejemplo de la leche y la búsqueda de sabores podemos aplicarlo a cualquier alimento, ¿os imagináis el café?. Otro día hablaremos sobre él.
- Necesitamos energía para funcionar desde la mañana. Desayunar en casa puede ser un ritual. Personalizar el desayuno es muy importante, pero no es menos importante si elegimos desayunar fuera de casa acompañado/a. En este caso pediremos nos preparen el desayuno saludable que más nos conviene, al margen de la bollería, la leche de vaca y el café. Siempre se pueden intentar otras formas alimentarias más saludables y hoy por hoy cada vez son más los establecimientos hosteleros que están dispuestos a colaborar en este cambio alimentario.
DES-AYUNAR: la misma palabra nos lo dice dejar de hacer el ayuno. Necesitamos el aporte de glucosa para que dentro de un proceso natural, nuestro cerebro pueda realizar sus funciones intelectuales y no tenga que pasarse toda la mañana, activando un sistema de emergencia dentro del propio organismo para obtener combustible y alimento. Este razonamiento la doctora Daniela Jakubowic (Endocrinóloga), lo explica de una forma lúdica en «el desayuno explicado de manera fantástica»,