¿Alguna vez te has planteado cuando se te ha quemado la comida, o has frito algo demasiado y se te ha quedado como un poco chamuscado que además de ponerle un exceso de fuego al cocinarlo, también hay un exceso de fuego dentro de ti? Aquí se cumple aquello de lo que es adentro es afuera y tiene su manifestación en un cocinado con tintes negruzcos.
También puede darse el caso contrario y faltarle tiempo o calor al cocinarlo, en este caso la energía interna de un@, está bajita, está dispersa. Y todo esto no es ni bueno, ni malo, simplemente es así.
Si queremos buscar un equilibrio con el fuego y con nuestros platos cocinados tenemos que pensarlo previamente y crear el espacio mental con el deseo de querer hacerlo, y además dedicarle tiempo y crear en nuestra agenda física o mental, la anotación: tiempo para cocinar.
Recientemente ha sido publicado un estudio de una empresa de investigación de mercados GFK, en la que afirma que los españoles dedican a cocinar desayuno, almuerzo, merienda y cena una media de 6 horas y 20 mn. a la semana. En 2015 la misma encuesta, realizada a 1.500 personas, reflejaba 6 horas y 48 minutos: es casi media hora menos en apenas 4 años. GFK, también ha hecho en el último año un estudio sobre la alimentación consciente y la percepción que se tiene sobre los procesados ha empeorado para el 60% de la población.
Aunque ha aumentado la desconfianza por este tipo de productos, no se pasa a la acción y se dejan de consumir códigos de barras, por contra los consultados lo que piden es que mejoren las empresas. Estas por su parte pueden ir mejorando pero hay que tener en cuenta que los procesados, tienen un desarrollo de manejo del alimento en cuanto a conservación, presentación, almacenaje que dista mucho de la energía de un alimento fresco o de un alimento cocinado en casa.
Ya hemos visto como nuestra cocina y el acto de cocinar es el reflejo de nuestra energía interna. Cocinar nunca es un tiempo perdido es un acto de poder saludable!